El dieciocho de diciembre del dos mil ocho escribí en mi diario el día en el que conocí al cantante de opera.Ese día en el que mientras yo compraba un libro el me cortejó,hablamos poco menos de treinta minutos y fuimos a su casa.Su casa,con piso de madera,llena de velas,partituras y un gran televisor.
Esta semana apenas nos hemos visto.Yo le acompaño a su sala de ensayo y nos despedimos con un beso.Quisiera verle más a menudo pero parece que no puede ser,al menos por ahora.
¨El final de la temporada es en marzo¨.¡Qué ganas tengo que acabe con esa mierda de ópera!
Aunque,como no,pienso ir a verle.